Crecer nunca es un proceso fácil. Definir quiénes somos está lleno de retos, pero cuándo se crece en una familia multicultural con diversidad religiosa esta complejidad se multiplica. Abe cuenta la historia de un muchacho de 12 años, mitad israelí y mitad palestino, que crece en Brooklyn. Las expectativas familiares son insoportables y complacer a todos es una tarea imposible.
No obstante, su angustia tiene momentos de calma cuando se dedica a su pasión por la cocina. Hay escenas de sobremesa con toda la familia que nos muestras la división de creencias religiosas y culturales. Las distancias son insalvables entre las experiencias de cada miembro familiar. La parte de la comida es hermosa y da gusto ver los ingredientes relacionados por lugar de origen en el proceso de Abe de tratar de conciliar un complejo e incongruente bagaje cultural en una intersección de fusión culinaria.
A este fin, Abe consigue, a escondidas de su familia, colarse en la cocina del Chef Chico como aprendiz.
La película te deja pidiendo más en el desarrollo de personajes, sus relaciones y la historia. Puede verse como un fallo de la película o pensarse cómo una limitación al mirar el mundo a través de los ojos de un protagonista con sólo 12 años.
Tiene un buen mensaje para los más jóvenes de unidad familiar e ir tras sus pasiones, recordatorio qué nunca viene demás para los mayorcitos.
Abe se encuentra en la plataforma de Amazon Prime.
La película es el debut del director Fernando Grostein Andrade.